Fue de más a menos, partió como un proceso potente, participativo, sin embargo, en el último tiempo ha ido perdiendo continuidad y fuerza. Lo interesante es que ha permitido avanzar en un diagnóstico y “creo que eso es un elemento destacable”, afirmó Ramón Galaz, fundador de Valgesta Energía. Se refiere al triunvirato entre Academia, Gobierno y Expertos que está revisando la regulación del segmento de distribución desde septiembre de 2016, reproduciendo la misma metodología que se siguió en las exitosas leyes de transmisión y licitaciones.
En términos generales, el diagnóstico se centra en que la regulación del segmento distribución, que data de los años ochenta, hoy día requiere de un giro importante por cuanto hay una percepción en los usuarios finales respecto a que la calidad no es la adecuada. Tampoco existe certeza que la innovación tecnológica pueda desarrollarse con el marco regulatorio vigente y, además, existen elementos del punto de vista tarifario donde se han identificado ciertas falencias o ciertas complejidades que vale la pena, en su opinión, de revisar y analizar. Así, se debe estudiar los estándares relacionados con la interrumpibilidad del servicio y la duración de esas interrupciones que son dos elementos que se miden a nivel mundial. Chile en la actualidad tiene un índice de 16 horas al año, muy lejano a 1 hora de los países de la OCDE. Además, permitir el desarrollo de redes inteligentes, generación distribuida, pequeños medios de generación, sistemas de baterías, eficiencia energética y analizar el rol del comercializador. “Estos son los principales aspectos de los posibles cambios que uno pudiera esperar, más allá también de hacer una revisión del modelo retributivo y tarifario”, comentó.
Hoy, la CNE y la PUC están elaborando un conjunto de propuestas y los participantes, como Galaz, están a la espera de ver qué sucede. Se estima que las diferencias están en los énfasis y claramente la existencia o no de la figura del comercializador distancia las posiciones. Probablemente la solución esté en un punto intermedio, que hay que identificar con una visión de política pública y de largo plazo y de condiciones del mercado chileno. De hecho, hoy día nuestra realidad, según Galaz, es que estamos en un proceso de transición y por lo tanto tenemos que buscar nuestra propia condición. En ese sentido, se debe tomar en cuenta que somos un país que tiene un consumo per cápita del orden de 3,9 MW/hora por año, mientras que un país eficiente OCDE está en torno a 6 ó 7 MW/hora por año, por ende, señala el experto, nos queda un espacio de crecimiento bien importante. Lo anterior nos caracteriza de cierta manera como mercado y por lo mismo ciertos instrumentos regulatorios o modelos de negocios que pudieran haber sido exitosos en economías más desarrolladas no necesariamente pudieran serlo en Chile. Es una discusión que hoy sin duda se debe hacer.
Por otra parte, el desafío de la futura regulación en distribución es que, además, debe conversar con una serie de otras leyes que se han modificado en el último tiempo como la ley de licitaciones. Las propuestas debían presentarse a fin de 2017, sin embargo, recién para 2018 podrá irrumpir el adulto en que se está convirtiendo la distribución. Según una analogía de Galaz, en una familia en que históricamente convivieron tres hermanas, generación, transmisión y distribución, esta última siempre fue la hermana menor y por lo tanto la que siempre iba un poco más atrás. “Hoy la hermana menor debe crecer y llegar a ser adulta. Me parece que es una oportunidad y si se hace un buena regulación esta hermana menor puede transformarse en un actor relevante porque permitiría internalizar muchos beneficios asociados al desarrollo tecnológico y eso es un elemento muy importante a tener en cuenta”, finalizó.